lunes, 29 de septiembre de 2008

EL PIYAYO

¿Tu conoces al Piyayo:un viejecillo renegro,

reseco y chicuelo

la mirada de gallo pendenciero y hocico de raposo,

tiñoso que pide limosna por tangos

y maldice cantando fandangos gangosos?




!A chufla lo toma la gente y a mi me da pena

y me causa un respeto imponente¡




Ata su cuerpo a una guitarra que chilla como una corneja

y zumba como una chicharra

y tiene arrumacos de vieja pelleja.

Yo le he visto cantando, babeando,

de rabia y de vino bailando con saltos felinos,

tocando a zarpazos los acordes de un viejo tangazo.


Y el endeble Piyayo jadea,y suda y renquea

y contorsiones de ardilla hace con la sucia calderilla.


!A chufla lo toma la gente

y a mi me da pena y me causa un respeto imponente!




Es su extraño arte su cepo y su cruz,

su vida y su luz, su tabaco y su aguardientillo

y su pan y el de los nietecillos;

churumbeles con greñas de alambre

y panzas de sapoque aullan de hambre

tiritando bajo los harapos,

sin madre que lave su roña,

sin más sombra que la del abuelo

!poca sombra porque es tan chicuelo ¡.



En el altozano, tiene un cuchitril.

!A las vigas alcanza la mano¡

y por lumbre y por luz un candil.


Vacia sus alforjas que son sus bolsillos,

y bostezando, los siete chiquillos se agrupan riendo

y entre carantoñas, les va repartiendo

pan y pescao frito con la parsimonia de un antiguo rito

! Chavales ¡! pan de flor de harina

¡mascarlo "despasio"y este pescaito ¿no es na?

! sacao uno a uno del fondo der má ¡

! gloria pura é ¡ las espinas se comen tambien

que to es alimento

asi despasito mu remascaito.!



No llores Manuela¡

tu no pues porque no ties muelas.

Es tan chiquita mi niña bonita.


Así despasito, mu remascaito

migajaa migaja, que dure.

Le van dando fina los cinco reales

que costó el festín.

Luego entre guiñapos durmiendo

por matar el frio muy apiñaditos.



La Virgen Maria contempla al Piyayo riendo

y hay un angel que besa la frente de cada gitano chiquito.




!A chufla lo toma la gente y a mi me da pena

y me causa un respeto imponente ¡